Fue unos días antes de san Valentín. Mi novio de ese momento me compró un regalo sorpresa: un masaje tántrico en uno de los spas tántricos de Praga.
Al principio estaba un poco tímida; no tenía ni idea de lo que ocurre en un masaje tántrico. Para ser honesta, estaba un poco asustada y no quería ir.
Pero el deseo de probar algo nuevo me excitaba. Sentía curiosidad. Al final no pude resistir y fui a la cita.
Tuve mucha suerte de tener un terapeuta tan bueno. Se tomó el tiempo para explicarme lo que es el masaje tántrico y de describir el proceso, para que supiera que esperar exactamente.
Después de una ducha comenzamos el masaje directamente. Fue increíble. Mi terapeuta se hizo cargo de todas mis necesidades; fue amable, sensible y muy profesional. Desde entonces estoy enamorada de los masajes tántricos.
Hasta hoy mi amor por el Tantra continúa (pero desafortunadamente esa relación no).
Hasta la próxima vez,
Vuestra Charlotta
Comentarios
Para su comodidad, algunos comentarios se han traducido automáticamente al idioma de su elección. Haga clic en "MOSTRAR TEXTO ORIGINAL" en los comentarios traducidos automáticamente para leer el original.